Adiós mediterráneo

La quinta etapa de hoy ha sido de Beziers a Lunel,  al norte de Montpellier. Afortunadamente,  los partes han acertado en la lluvia pero el viento, gran calvario del día de ayer, no ha sido tan fuerte y  ha ido amainando durante toda la jornada. Hemos  rodado 95km, más mojados que un pollito, pero la ropa funciona bien. La ducha ha sido lo más deseado de la jornada y ahora a arrasar en la cena.

Después de saquear el buffet de desayuno nos hemos vestido de gala preparados para lo peor pero, afortunadamente, el viento ha ido bajando y hemos rodado infinitamente más cómodos que ayer. Agua hemos tenido por un tubo durante las primeras horas pero luego se ha convertido en algo más intermitente. Las carreteras estaban llenas de charcos pero los guardabarros de las bicis y la ropa de marciano que llevamos han funcionado perfectamente.

Hemos encendido el reflectante de la bici de Carlos para que fuésemos más visibles y la verdad es que, de momento y esperamos que así sea el resto de km, los vehículos nos respetan mucho.

Hemos comido un kebab que a Carlos le ha encantado, no sé si por los kilómetros que llevábamos o porque estaba “calentito”, después de las millas bajo el agua. En fin Elena, ya sabes que el kebab también es otro recurso para éste diésel de la bici. Xino xano pero el cabrón no para…

En fin, contentos de nuestra etapa, y despedir a nuestro querido mediterráneo que ha demostrado, una vez más, que cuando se cabrea  tiene más mala leche que muchos de los grandes océanos. Esperamos volverlo a ver pronto pero subidos en un Laser pero, de momento, que le den!.

A ver si seca bien la ropa de agua que empieza a competir en hedor con los castigados calcetines de Carlos.  Hasta mañana!!!!!